Taizé, un lugar especial en mitad de nuestro mundo, al que muchos jóvenes viajan cada año desde diversas partes del mundo. Un lugar de paz, de oración, de comunión y de trabajo compartido. Un lugar de silencio y de diálogo, de calma y de canto.
Taizé, un lugar especial en mitad de nuestro mundo, al que muchos jóvenes viajan cada año desde diversas partes del mundo. Un lugar de paz, de oración, de comunión y de trabajo compartido. Un lugar de silencio y de diálogo, de calma y de canto.
La «cruz», por más pesada que sea, no es sinónimo de desventura, de una desgracia que hay que evitar lo más posible, sino una oportunidad para seguir a Jesús y de este modo alcanzar la fuerza en la lucha contra el pecado y el mal.
Ah!!! Taizé, esa pequeña primavera de la Iglesia como lo llamó Juan XXIII. He tenido la suerte de estar allí varias veces y de, como dijo Juan Pablo II en su visita, «ser un peregrino más que se acerca a Taizé, bebe de la fuente y continúa se camino» de la realidad de cada día… El recuerdo de Taizé, del hermano Roger a quien conocí personalmente… las palabras de Santa Teresa… Ojalá que nada nos turbe ni nos espante, quepongamos en Él nuestra confianza y que sólo Él nos baste. Gracias por este ratito de paz mientras tecleo y escucho las canciones, la primera, por cierto no la conocía…
Ira Taizé es una de mis «asignaturas pendientes».Cuando hablas con alguien que ha estado y te cuenta esta experiencia sus ojos brillan de forma especial. Dicen que Taizé marca un antes y un después en la vida del que allí se acerca a encontrar calma y sosiego
Yo tampoco he tenido la suerte de estar allí. Pero imágenes y música como las que hoy compartimos nos traen a este mundo que no para un poquito de ese taizé para los minutos finales del día. Para que, aunque sea por un momento, nos sintamos allí, nos sintamos un poquito más cerca de EL…
En cuanto podamos… nos vamos. Estos comentarios no caerán en saco roto. Veréis lo que supone para vosotros.
Yo también me apunto.