Si nos paramos a pensar, parece un milagro que el agua pueda llegar hasta tantos puntos diferentes.
¿Qué decir entonces del agua que nos ofrece Jesús, el que saciará nuestra sed para la eternidad?
Si nos paramos a pensar, parece un milagro que el agua pueda llegar hasta tantos puntos diferentes.
¿Qué decir entonces del agua que nos ofrece Jesús, el que saciará nuestra sed para la eternidad?
Un gran misterio por el que dar gracias. Por el agua que tenemos, y por la fe que nos inunda.